UNEF: ‘La situación de la fotovoltaica en España solo puede mejorar en los años venideros, lo que no se sabe es cuánto’
24 Julio 2017
Lo afirma Unef en su informe anual 2017, presentado ayer en Madrid por el Director General de la patronal solar, José Donoso. De acuerdo con el estudio, el alcance de la mejora estará directamente condicionado por la regulación que tengamos en el largo plazo en España. Si es adecuada, cada año se podrían instalar hasta 1.300 MW solares fotovoltaicos y en 2025 podría haber 17.000 puestos de trabajo acumulados en el sector.
Un modelo a seguir para lograr este crecimiento lo ofrece Portugal, según destacó José Donoso en la presentación del informe. En nuestro país vecino, el mercado está creciendo a un ritmo anual de 40 MW gracias a una regulación adecuada. Si España adoptara una regulación parecida, el crecimiento aquí sería de 250 MW al año. Pero se podría llegar más lejos.
Las estimaciones realizadas por Unef indican que si la capacidad de generación fotovoltaica aumentará hasta 2025 a un ritmo anual de entre 500 MW y 1.000 MW en grandes instalaciones, y entre 150 MW y 300 MW en pequeñas generación distribuida, se produciría una importante reactivación de la actividad industrial y el sector sumaría 17.000 puestos de trabajo directos para dentro de ocho años, con una contribución al PIB de esta tecnología de más de 4.000 M€.
Ese es el futuro. En el presente, la realidad es que el número total de empleos directos derivados de la actividad de producción solar fotovoltaica es de aproximadamente la mitad. En concreto, 7.165 en 2015, que es el año de referencia del informe de Unef (al ser el último con datos oficiales disponibles). Un aspecto interesante es que el 83,6% de ese empleo es fijo.
Lo que resulta incuestionable es que el sector acumula cinco años de patón impuesto por el Gobierno, y eso se nota. En 2016 solo se instalaron 55 MW (49 MW en 2016), el 30% de ellos en proyectos aislados de la red, sobre todo en instalaciones agrarias y para bombeo solar, de manera que la capacidad acumulada ha crecido muy poco, situándose en 4,7 GW al término de 2016 (en 2013 había 4,64 GW). Aún así, el sector sigue avanzado.
El poder del autoconsumo
Ese avance, según destacó Donoso, está directamente ligado al autoconsumo, aislado y conectado. A finales de 2016 había 396 instalaciones de autoconsumo repartidas por el España, que sumaban en conjunto 14,7 MW y de las cuales un 14% contaban con sistemas de almacenamiento. Cataluña es la CCAA que lidera el sector, con 86 instalaciones, seguida de Galicia con 79 y Andalucía con 64, de acuerdo con los datos del registro administrativo de autoconsumo del Ministerio de Energía.
Según la asociación, el crecimiento se está produciendo a pesar de las barreras económicas y administrativas existentes debido, fundamentalmente, a la reducción de costes de la fotovoltaica. En otras palabras, esta tecnología es ya una alternativa rentable y asequible. Y ahora, como recordó Donoso, tras la reciente sentencia del Tribunal Constitucional de Cataluña permitiendo el autoconsumo compartido, las CCAA podrán regularlo y favorecer una actividad que conecta directamente con los objetivos del Acuerdo de París y de descarbonización de la economía.
No obstante, queda mucho por hacer. Sobre todo, de acuerdo con Donoso, es importante acabar con las trabas administrativas, que más que el ‘impuesto al sol’ constituyen la verdadera traba actual. El director general de Unef también recordó, una vez más, en que el autoconsumo no tiene nada de insolidario ni representa ninguna amenaza para el sistema.
En un escenario de previsión de desarrollo del autoconsumo de 250 MW al año, la reducción de ingresos para el sistema sería de 4,1 millones de euros, lo que supondría un impacto del 0,02% en un sistema que en 2016 recaudó 16.795 millones de euros. Unef ha calculado, asimismo, que el impacto anual del autoconsumo en los consumidores es de 6,8 céntimos de euro. Gracias a la reducción del precio del ‘pool’, los consumidores ahorrarían anualmente 29,6 céntimos y otros 10,1 céntimos en impuestos asociados. En definitiva, el saldo total no solo no sería negativo sino que permitiría un ahorro neto anual de 32,9 céntimos para los consumidores. Dicho de otra forma, por cada euro de reducción de ingresos en el sistema debido al autoconsumo, se produce una ganancia neta de 5 euros para los consumidores.
ALo afirma Unef en su informe anual 2017, presentado ayer en Madrid por el Director General de la patronal solar, José Donoso. De acuerdo con el estudio, el alcance de la mejora estará directamente condicionado por la regulación que tengamos en el largo plazo en España. Si es adecuada, cada año se podrían instalar hasta 1.300 MW solares fotovoltaicos y en 2025 podría haber 17.000 puestos de trabajo acumulados en el sector.
Un modelo a seguir para lograr este crecimiento lo ofrece Portugal, según destacó José Donoso en la presentación del informe. En nuestro país vecino, el mercado está creciendo a un ritmo anual de 40 MW gracias a una regulación adecuada. Si España adoptara una regulación parecida, el crecimiento aquí sería de 250 MW al año. Pero se podría llegar más lejos.
Las estimaciones realizadas por Unef indican que si la capacidad de generación fotovoltaica aumentará hasta 2025 a un ritmo anual de entre 500 MW y 1.000 MW en grandes instalaciones, y entre 150 MW y 300 MW en pequeñas generación distribuida, se produciría una importante reactivación de la actividad industrial y el sector sumaría 17.000 puestos de trabajo directos para dentro de ocho años, con una contribución al PIB de esta tecnología de más de 4.000 M€.
Ese es el futuro. En el presente, la realidad es que el número total de empleos directos derivados de la actividad de producción solar fotovoltaica es de aproximadamente la mitad. En concreto, 7.165 en 2015, que es el año de referencia del informe de Unef (al ser el último con datos oficiales disponibles). Un aspecto interesante es que el 83,6% de ese empleo es fijo.
Lo que resulta incuestionable es que el sector acumula cinco años de patón impuesto por el Gobierno, y eso se nota. En 2016 solo se instalaron 55 MW (49 MW en 2016), el 30% de ellos en proyectos aislados de la red, sobre todo en instalaciones agrarias y para bombeo solar, de manera que la capacidad acumulada ha crecido muy poco, situándose en 4,7 GW al término de 2016 (en 2013 había 4,64 GW). Aún así, el sector sigue avanzado.
El poder del autoconsumo
Ese avance, según destacó Donoso, está directamente ligado al autoconsumo, aislado y conectado. A finales de 2016 había 396 instalaciones de autoconsumo repartidas por el España, que sumaban en conjunto 14,7 MW y de las cuales un 14% contaban con sistemas de almacenamiento. Cataluña es la CCAA que lidera el sector, con 86 instalaciones, seguida de Galicia con 79 y Andalucía con 64, de acuerdo con los datos del registro administrativo de autoconsumo del Ministerio de Energía.
Según la asociación, el crecimiento se está produciendo a pesar de las barreras económicas y administrativas existentes debido, fundamentalmente, a la reducción de costes de la fotovoltaica. En otras palabras, esta tecnología es ya una alternativa rentable y asequible. Y ahora, como recordó Donoso, tras la reciente sentencia del Tribunal Constitucional de Cataluña permitiendo el autoconsumo compartido, las CCAA podrán regularlo y favorecer una actividad que conecta directamente con los objetivos del Acuerdo de París y de descarbonización de la economía.
No obstante, queda mucho por hacer. Sobre todo, de acuerdo con Donoso, es importante acabar con las trabas administrativas, que más que el ‘impuesto al sol’ constituyen la verdadera traba actual. El director general de Unef también recordó, una vez más, en que el autoconsumo no tiene nada de insolidario ni representa ninguna amenaza para el sistema.
En un escenario de previsión de desarrollo del autoconsumo de 250 MW al año, la reducción de ingresos para el sistema sería de 4,1 millones de euros, lo que supondría un impacto del 0,02% en un sistema que en 2016 recaudó 16.795 millones de euros. Unef ha calculado, asimismo, que el impacto anual del autoconsumo en los consumidores es de 6,8 céntimos de euro. Gracias a la reducción del precio del ‘pool’, los consumidores ahorrarían anualmente 29,6 céntimos y otros 10,1 céntimos en impuestos asociados. En definitiva, el saldo total no solo no sería negativo sino que permitiría un ahorro neto anual de 32,9 céntimos para los consumidores. Dicho de otra forma, por cada euro de reducción de ingresos en el sistema debido al autoconsumo, se produce una ganancia neta de 5 euros para los consumidores.
Además, el sector solar fotovoltaico no ha dejado nunca de aportar riqueza al país. En 2015, contribuyó al PIB con 2.801 millones de euros, dando empleo a un total de 11.491 profesionales, 7.165 de forma directa y 4.326 de forma indirecta. La fuerte inversión que se lleva a cabo dentro del sector ha logrado, asimismo, que la contribución de la solar fotovoltaica en I+D al PIB sea de un 3% según los datos de Unef (Deloitte la sitúa en el 2,9% en 2014 y 1,2% en 2015).
Esta tecnología ha permitido también un importante ahorro en combustibles fósiles importados, traducido en un ahorro de 360 millones de euros en 2015 y en más de 3.000 millones de toneladas de CO2 evitadas.
Marco internacional
El informe de Unef también recoge los datos del avance de la solar fotovoltacia en el mundo, y aquí los datos son más que favorables. Con un incremento del 50% de la capacidad instalada en 2016 respecto a 2015, esta tecnología avanza con determinación a escala global y ya suma más de 300 GW, que podrían llegar a los 380 GW cuando concluya 2017.
En 2016 se logró un record en potencia instalada, con 76 GW añadidos, lo que equivale al 14% de toda la potencia renovable nueva instalada en el mundo. Esta cifra supone que el año pasado los megavatios fotovoltaicos instalados aumentaron un 50% respecto a 2015.
Como hemos contado muchas veces en ER, los países que más tiran ahora del desarrollo solar son los de la región Asia-Pacífico, con China a la cabeza, y los del continente americano. Un dato a tener en cuenta es que las empresas españolas están muy presentes en esos mercados internacionales –el sector ha sobrevivido gracias a la internacionalización– y en todos los grandes proyectos fotovoltaicos que se llevan a cabo actualmente en el mundo hay compañías españolas involucradas. demás, el sector solar fotovoltaico no ha dejado nunca de aportar riqueza al país. En 2015, contribuyó al PIB con 2.801 millones de euros, dando empleo a un total de 11.491 profesionales, 7.165 de forma directa y 4.326 de forma indirecta. La fuerte inversión que se lleva a cabo dentro del sector ha logrado, asimismo, que la contribución de la solar fotovoltaica en I+D al PIB sea de un 3% según los datos de Unef (Deloitte la sitúa en el 2,9% en 2014 y 1,2% en 2015).
Esta tecnología ha permitido también un importante ahorro en combustibles fósiles importados, traducido en un ahorro de 360 millones de euros en 2015 y en más de 3.000 millones de toneladas de CO2 evitadas.
Marco internacional
El informe de Unef también recoge los datos del avance de la solar fotovoltacia en el mundo, y aquí los datos son más que favorables. Con un incremento del 50% de la capacidad instalada en 2016 respecto a 2015, esta tecnología avanza con determinación a escala global y ya suma más de 300 GW, que podrían llegar a los 380 GW cuando concluya 2017.
En 2016 se logró un record en potencia instalada, con 76 GW añadidos, lo que equivale al 14% de toda la potencia renovable nueva instalada en el mundo. Esta cifra supone que el año pasado los megavatios fotovoltaicos instalados aumentaron un 50% respecto a 2015.
Como hemos contado muchas veces en ER, los países que más tiran ahora del desarrollo solar son los de la región Asia-Pacífico, con China a la cabeza, y los del continente americano. Un dato a tener en cuenta es que las empresas españolas están muy presentes en esos mercados internacionales –el sector ha sobrevivido gracias a la internacionalización– y en todos los grandes proyectos fotovoltaicos que se llevan a cabo actualmente en el mundo hay compañías españolas involucradas.
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